Hoy necesitaba escribir, estar llena de rabia ayuda y no es para menos.
Cuando tras oír el timbre, abres y aparece un hombre de unos 50 años, con una mirada triste y avergonzada porque no tiene para vivir, porque en esta cárcel a la que llaman Estado hay personas que están como él, padres de familia, que tienen a sus hijos, a su mujer, y a ellos mismos, sin trabajo, y se avergüenzan por ello, en vez de echar la culpa a los que la tienen, se sienten mal, se frustran y creen que la culpa es suya.
Aquel llamado Síndrome de Estocolmo...
Estaba tan mal, tanto, que no podía casi articular palabra, pero fue capaz de decirme algo con lo que me quedaré siempre, a lo mejor el día de mañana me toca a mi estar en su lugar ¿quién sabe? Aunque es muy probable, viendo lo que está pasando. Jamás se me olvidará su mirada llena de lágrimas al contarme lo que estaba sufriendo. Él decía:
"Ante todo buenos días. Siento si te he molestado, no era mi intención pero... -lanzó un suspiro al aire- Estoy sin trabajo, como tantas otras personas, entre ellas el resto de mi familia. Y quería pedirte a ver si me podías dar algo, porque antes que robar, cualquier cosa."
Veía el dolor que sentía al decir cada palabra. Las masticaba tanto que le venían lágrimas a los ojos.
Siento mucho no haberle podido ayudar más, me dio tanta ternura...
¿Es que el Estado no ve lo que está pasando? Dejad de jugar con vidas que tienen más valor que cualquiera de las vuestras, sucias ratas. Cada día me dais más asco, porque este no es un caso aislado. Hay miles de personas que cada día les ronda la cabeza la idea de pegarse un tiro, de saltar por la ventana o cualquier otra forma de atentar contra su vida. ¿Por qué no lo hacen ellos? ¿Por qué no se van a dónde tienen los paraísos fiscales? Me da igual lo que hayan robado pero que no lo sigan haciendo, porque hay gente que pasa verdadera necesidad mientras vosotros vais luciendo la marquita de turno.
Ojalá esto cambie porque no quiero gente que se muera de hipotermia en la calle, gente que se suicide porque no encuentra una salida o la única que ve es vender su cuerpo en esquinas.
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