martes, 5 de marzo de 2013

Ya no sé ni como titularlo...

Siempre quise gobernar el mundo. Tener todo bajo control. Bajo mi control. Creer que todo es posible y saberlo. Poder decir lo que pienso, sabiendo que no voy a ser criticada. Me gustaría no anteponer a la gente a mi felicidad. A mi vida. Antes que yo está todo el mundo y así me va...Poder levantarme de la cama sonriendo y creyendo que mi vida es perfecta. Pero a la vez odio esa perfección, odio no tener motivaciones no tener nada en lo que creer, no saber expresarme si no es escribiendo. Para luego al final acabar borrando todo. Quiero llorar, gritar, sentir, disfrutar. Soy un ser humano, para eso fuimos creados. Para vivir. La vida ya es bastante puta como para pensar que no hay nada después. Una vez una persona muy especial para mi me dijo:
"El final si no es feliz es que no es el final." Me encantaría poder pensar que esta mierda es pasajera. Muchos me llamarán pesimista, yo me veo realista. Nacemos y ya nos hacen llorar, creo que eso es lo que marca el resto de nuestras vidas. Después de cada momento bonito hay algo que lo jode todo o nos hacemos auto boicot, si ya lo dicen, segundas partes nunca fueron buenas. Es como el sexo, cuando llegas al orgasmo todo se acaba o lo que queda es menos placentero. Y no entiendo esto de los temas tabú.¿Soy menos mujer por hablar de follar? En algún momentos todos tendremos relaciones sexuales, es algo para lo que estamos biologicamente preparados. La sociedad nos hace escondernos bajo capas de ropa para disimular los complejos que ella misma nos ha creado. Ahora me ha pasado lo mejor resulta que soy lo que soy por como me visto, según el anuncio de norit. Por esa regla de tres no me podría gustar el fútbol, no me podría gustar el rap, no podría ser como soy, solo porque me gustan los vestidos y las faldas. Resulta que con ver a alguien podemos saber si es inteligente o no. Y yo sin enterarme. Pff que vergüenza me dan esos anuncios. Vale que si ves a un cani o a una choni lo reconoces, pero no todos nos vestimos de lo que somos. Nadie diría que a mi me gustan los videojuegos, nadie pensaría que lloro viendo fútbol, y que llevo los colores de mi equipo en las venas. Pero sin embargo es así. Me encantan los tacones pero no por eso no puedo hacer concursos de eructos.