El mundo se está volviendo loco. Asesinatos a personas que sólo estaban pasando un buen rato, torturas psicológicas, atentados contra la inteligencia...
Hemos vuelto a los orígenes de una sociedad infecta. ¿Aún no hemos aprendido a llorar lo suficiente? Día tras día nos hundimos a plazos. Nos creemos dioses y, mientras nos alzamos con nuestro ego, nos ponen un puñal en la espalda y sonreimos por si alguien nos llama dramáticos.
Nos hablan de la importancia de la patria pero yo no quiero ser patriota como ellos. Me da igual que se llame España, Galiza o Irán sólo quiero la globalización de las personas y que nadie pueda ser ilegal, que no se juzgue por raza, sexo o edad. Soy patriota de la humanidad.
Parece un chiste que siga pidiendo lo mismo que mis bisabuelos: libertad.
Y es que: ¿por qué mujeres son asesinadas por su género? ¿Por qué personas pierden la vida por su orientación sexual? ¿por qué no se respetan aficiones? ¿por qué no poder hablar sin miedo al qué dirán?
Este fin de semana muchos han aprendido lo que es una sociedad heteropatriarcal....
Siento vergüenza de que no puedas gritar alto que defiendes la dignidad porque aquí sólo está bien visto aquel que odia, amenaza y hace daño. Les encanta pisotear.
Se respeta a los hipócritas y se hiere a los sinceros. No se permite mostrar afecto porque eso es un reflejo de debilidad en una piscina de tiburones.
Nos explican las buenas maneras aquellos que luego usan la guerra sucia para amenazar y faltar a la verdad.
Nos amordazan, nos cohiben...Nos intentan clasificar.
Estoy cansada, harta de no poder vivir la vida como quiero de verdad. Cansada de medir palabras por miedo a la avalancha que vendrá detrás. Poco me muerdo la lengua pero al final agota el tener que borrar líneas para que nadie se ofenda. ¡Qué triste es no poder respirar en paz!
Ojalá algún día podáis ser críticos con lo que pensáis y lo que consideran los demás. Dejéis chovinismos absurdos y aprendáis que lo que vivais es lo único que os queda al final.
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