lunes, 21 de septiembre de 2015

Políticamente incorrecta pero poéticamente perfecta

Te he llamado. Te he llamado y no me has respondido. Te veo ahí al lado de esa gente y no me vienes abrazar, ya no. Esta dura cárcel de luminosos neones y orgasmos fingidos es peor porque tú no estás. Los golpes has substituido al dinero fácil. Las lágrimas resbalan por mis mejillas cuando escucho gemidos. Y es que antes la única marca que tenía mi cuerpo era ese lunar en el muslo y ver un coche frenar no me provocaba taquicardias, pero eso era antes.
Me llaman puta entre escupitajos despectivos, esos mismos que te tienen con ellos y no se dan cuenta de que estás más prostituida que todas nosotras. Sí, querida Libertad, tú te vendes al mejor postor.
Te paseas por los barrios altos con tacones elegantes y escotes sensuales pero no obscenos, porque "Libertad es una dama digna de poderosos" y mientras yo escuchando que soy políticamente incorrecta porque he intentado dejar de hacer mamadas por veinte cochinos euros aunque todos los intentos son fallidos, porque aunque huya siempre me encuentran y cada vez es peor por no atenerme a mi destino, por querer ser feliz, por no querer morir en vida
A esos cabrones les repito que soy políticamente incorrecta pero poéticamente perfecta. Pues todo lo que hago es arte. Nunca una cama había hablado tantos idiomas...Ojalá vivieras esto conmigo y mi ojo violáceo desapareciese. Quizá pido mucho y no me doy cuenta de que sólo soy una puta, que nadie se enamorará de mi, eso sólo pasa en Pretty Woman.
Enciendo cada mañana la televisión, anuncios contra la explotación sexual copan los intermedios pero ¿por qué nadie se atreve a llamar? Todos saben lo que pasa pero nadie quiere ayudar. No importan mis heridas psicológicas cuando fui violada la gente sólo quería que volviese a trabajar.
Ahora estoy lejos, amada Libertad; y si no te acercaste en vida que no te importe ahora. Sólo escucha algo más:
recuerdo al que me llamaba guarra entre arañazos la última noche. Me levanté, me fui y antes sólo le dije: hablo sucio, porque lo sucio es poesía.

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