viernes, 8 de mayo de 2015

LLEGA EL 24M.

La incompetencia se ve ligada a las malas artes, y entre dimes y diretes, al final acabamos recurriendo a la simpleza del "son todos iguales".
En ocasiones no sabemos mirar más allá, ver el trasfondo de la denominada clase política y sólo nos aleccionan -o lo intentan- con campañas, promesas incumplibles y copando páginas y páginas en periódicos.
La política para este 24 M se está convirtiendo en un patio de cualquier colegio de primaria del país: los guays que no son más que aquellos que creen que por un cargo mandan, los abusones que golpean sólo para hacerse ver, los buenos que acaban siendo golpeados por abusones y los falsos que son aquellos que van de buenos pero al final son peores que los abusones pues son los que vierten bulos sobre todos.
Manipulación por todos lados, los discípulos de Maquiavelo, de ese "fin que justifica los medios" más maquiavélicos.
Inconsistentes argumentos, utilización de todos los colectivos para hacer campañas, las más burdas falacias reflejadas día tras día en prensa, televisión y demás medios financiados por aquellos que ahora se cobran los favores a un precio muy alto.
Cada vez queda menos, ahora es cuando por la calle te saluda alguien que ni conoces y ni piensas si te has olvidado de su cara: sabes que es político.
Hartazgo de ver a candidatos sin ningún interés en política salvo el beneficio propio hablando de lo que cuesta un kilo de azúcar en el diario.
Fotos y más fotos, argumentos, proposiciones y ganas de hacer cosas pero ¿cuáles son verídicos y cuáles no?
Esta vez no es tan difícil, en las municipales conocemos a todos los candidatos pues los vemos día tras día y hay dos opciones: votar a aquellos que tras estar viéndote toda la vida por la calle no te han dirigido la palabra y de repente: te saludan, te hablan y se pueden tirar hasta media hora. Eso sí, siempre evitarán decir tu nombre pues no tienen ni idea de cómo te llamas, y el 25 volverás a no importar.
Por otra parte puedes ir al colegio electoral y que en tu papeleta vaya aquel partido que no sólo presenta una candidatura si no que esta está formada por gente que merecen la pena y que no fingen, en definitiva: personas.
La dictadura de la estupidez se apodera de parte de la gente cuando con cuatro sonrisas cambian completamente su forma de pensar.
Ahora vienen semanas de estar rodeados de politiqueo del malo, del que no me gusta pero las ganas de las elecciones, de saber lo que pasará, superan este tiempo monotemático, barriobajero en múltiples ocasiones.

1 comentario:

  1. Esperemos que tras el 24M de verdad fructifiquen las semillas de un cambio, y no nos veamos otra vez rodeados de la misma mala hierba. Saludos.

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