Me levanté de la cama como otro día cualquiera, pero sentí que no era
igual, tras ponerme mis gafas, seguía sin ver con claridad, la nitidez
de las imágenes era casi nula, sólo veía manchas de colores. He de
confesar que en un primer momento me asusté, pero después recapacité y
dije: "será una legaña".
Fui hacia el baño y me lavé la cara, pero seguía sin distinguir formas, y esa mancha negra en todo lo que veía.
Corrí
a despertar a mi padre, él, es más hipocondríaco que yo, y me llevó a
urgencias. Allí, un médico, sin hacerme la más mínima exploración, sólo
al verme el ojo un poco hinchado, lloroso e irritado estableció su
diagnóstico: conjuntivitis.
Ojalá fuese eso, ¿pero qué iba a hacer
él? No tiene ni diez minutos para atender a cada paciente, y era de
manual, nada apuntaba a que pudiese ser algo..."grave". Recuerdo que le
pregunté que por qué veía la mancha negra, tras eso su respuesta fue
breve: "es que ya te imaginas cosas, mujer." Mi padre le creyó, y
yo...también, es doctor, sabe lo que dice.
Hice los baños con
manzanilla, le echaba suero, hice todo todo lo que me dijo, pero no
mejoraba, incluso iba a peor, la mancha era más grande y distinguía peor
los colores....volví al médico, esta vez al de cabecera, su única
respuesta fue que no tenía tiempo, que si ya me habían dado un
diagnóstico que cumpliera el período de tratamiento.
Pero llegó el
día, el fatídico día, yo estaba sentada en mi habitación escuchando
música y estornudé fuertemente; cuando abrí los ojos no veía nada, todo
era luz, como cuando cierras los ojos y ves lucecitas de colores. Salí
de mi habitación llorando a buscar a mi madre, ella llamó a una
ambulancia. En el hospital empezaron a hacerme pruebas y pruebas hasta
encontrar lo que tenía. Tras scaners, tags, y muchas más pruebas lo
vieron claro, una doctora de la cuál no recuerdo el nombre sacó a mi
madre de la habitación y le dijo: su hija tiene desprendimiento de
córnea y tensión ocular, todo esto derivado de un desprendimiento
vítreo, que no acarrearía ningún problema si fuese tratado a tiempo.
Ya
han pasado tres años, muchas operaciones y estoy comenzando a ver pero
en aquél momento se me caía el mundo encima, hice llamar al médico que
me atendió la primera vez y le dije: "Gracias."
Mi madre no lo
entendía. Yo aún tampoco entiendo por qué se las di, pero creo que algo
de la valentía que tengo hoy en día fue gracias a aquel error.
Xalala<3
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